miércoles, 5 de junio de 2013

Giro de los acontecimientos

Ayer fue la consulta con la cirujana (dra. Alonso, Puerta de Hierro). Yo esperaba que nos planteara diversos escenarios posibles y la actuación en cada uno de ellos.  En realidad, me equivocaba. La doctora, a juzgar por la última colonoscopia y pruebas no tenía duda alguna. Lo que había que hacer, salvo que al abrir vean algo muy distinto de lo que reflejó la última colonoscopia, es una anastomosis ileorectal. Sí, yo al principio tampoco sabía lo que era una anastomosis. Un empalme, en términos de andar por casa.
Dado que mi recto y ano están bien (aunque lo tendrán que confirmar ellos en la intervención), lo suyo es conectar directamente, en la misma operación, íleon y recto. Nada de ileostomía y esperar a una segunda operación. Eso sería en el caso de que el recto también estuviera tocado, que no parece ser el caso. Ese empalme lo harían en la misma operación y la cirujana nos habló de entre un 5 y un 6% de probabilidades de complicaciones. Con esos datos, no había mucho más que hablar. Si a eso sumamos que existe la posibilidad de que usen laparoscopia, pues la verdad es que eran todo buenas noticias.
Es decir, resumiendo, y salvo que se encuentren algo muy inesperado durante la intervención:

- No me ponen la bolsa.
- Unen intestino delgado y recto, unión que tiene mucho menos riesgo que si no tuviera recto (entonces sí tendrían que hacerlo en dos partes).
- Cabe la posibilidad, aunque es pequeña, de que usen laparoscopia.
- Plazos. La doctora habló de una semana después de que me viera el anestesista. Ya me he hecho las pruebas necesarias (ECG y placa, analítica ya tienen) y tengo cita con él la semana que viene, el 12 de junio.

En definitiva, podrían estar operándome, siendo optimistas, en 2 semanas. Teniendo en cuenta la burocracia de ese hospital, la lentitud de la Seguridad Social y que llevo con esto desde noviembre, la verdad es que me daría con un canto en los dientes.

Por supuesto, nada es perfecto. La enfermedad se puede desarrollar más adelante en el recto y eso significa que tendré que seguir con medicación y con pruebas (rectoscopias). Bueno, la enfermedad...y el cáncer de colon. Eso no me lo dijo la doctora, pero lo sé. Bueno, lo sé...en el caso de que sea colitis ulcerosa. El análisis del colon una vez extirpado dará más información a ese respecto.
Pero a cambio de todo ello no llevaré la bolsa, que no es poco. Ya me había hecho a la idea de la misma, pero pensar en no llevarla y que los cirujanos tengan claro que es la mejor opción pues la verdad es que me alegra.

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